Quien esperaba caminar o remar hasta la Cova Tallada y disfrutar de la soledad se llevó un buen chasco. Cientos de personas tuvieron la misma idea. Esta gruta litoral, que pertenece a la reserva marina del cabo de Sant Antoni, se llenó el sábado y el domingo de excursionistas y bañistas. La cueva, que debe sus mágicos relieves a que fue una cantera de la que se extrajo piedra tosca para construir edificios tan singulares como la iglesia gótica de Xàbia, está escondida. Pero da lo mismo. A los turistas ni siquiera les disuade que, al principio de la senda que parte de les Rotes, en Dénia, los técnicos del parque del Montgó hayan colocado una señal que advierte de que hay tramos peligrosos.

La Cova Tallada pertenece a Xàbia, aunque su peliaguda entrada está en término de Dénia. Los excursionistas acceden por un lateral, agarrados a la roca para no caerse al mar. Y suelen ir cargados incluso con neveras para pasar el día.

Casi cada fin de semana los bomberos y los socorristas tienen que hacer aquí algún rescate. Pero a los turistas les pone el riesgo. Y otro ejemplo es el de la cala de Ambolo, en Xàbia, que lleva clausurada por desprendimientos desde 2006 y este fin de semana también estaba a reventar de bañistas. La Cova Tallada tiene un gran valor natural. Sus visitantes no sólo llegan por senda. También lo hace por mar. Los kayaks se contaban este fin de semana por decenas. Se apilaban sobre las rocas en el interior de la cueva.

El alud de visitantes a un litoral protegido preocupa. Por ello, el presidente de la junta rectora del Montgó, Joan Sala, advirtió de que si se sigue dando esa aglomeración de bañistas y excursionistas «tendremos que restringir y limitar el acceso. Es un lugar protegido y frágil y debemos evitar que tanta presión de gente pueda dañarlo», sostuvo. La Cova Tallada se asemejaba este verano a una estación de metro en hora punta. Los bañistas buscan un paraje apartado y encuentran las mismas apreturas que en las playas de arena. En el litoral de la Marina Alta, salpicado de calas apartadas, ya es casi imposible huir de la masificación.