Las subastas de pescado son «coto privado» de los mayoristas. Sin embargo, en las lonjas de Moraira y El Campello había perdurado la subasta abierta, en la que podían participar directamente los consumidores. Esta tradición, mantenida durante 50 años, llega hasta aquí. Una nueva regulación de la primera venta de los productos pesqueros impide la comercialización directa. La cofradía de pescadores de Moraira se ve abocada a cancelar la subasta abierta al público, que se celebraba a las 10 de la mañana. La mantendrá, si es posible, durante todo el verano, ya que atrae a turistas que quieren vivir la experiencia de la puja y llevarse a casa pescado fresquísimo, recién descargado en el puerto por las cinco barcas de Moraira.

El patrón mayor de esta cofradía, Diego Noguera, explicó ayer que esta subasta ya no tenía el tirón de antaño. A los turistas les gusta asistir, pero la venta abierta y sin intermediarios ha declinado. «Con la nueva ley y lo que ha bajado la venta directa no tiene sentido continuar con esta subasta», explicó Noguera.