¿Quién dijo que pasar las vacaciones con el mar a un paso era caro? Hay turistas que pasan semanas en primerísima primera línea y, en alojamiento, no se gastan ni un euro. El pasado verano y también en la última Pascua, triunfó una nueva forma de hacer turismo. Ahora vuelve a coger fuerza. Jóvenes y no tanto ocupan cuevas y abrigos de los acantilados de la Marina Alta, sobre todo de Xàbia y del Poble Nou de Benitatxell. Acampan durante semanas. Solo dejan el campamento para ir a comprar víveres. Incluso hacen fogatas, lo que está tan prohibido (y más ahora por el riesgo extremo de incendio) como la acampada libre. Además, hay okupas de acantilado que no destacan, precisamente, por ser muy aseados. En una cueva de Ambolo, en Xàbia, todavía hay una bolsa de basura con los residuos que dejaron unos jóvenes que hace poco estuvieron aquí alojados durante varios días.

El pasado mes de agosto una pareja de veinteañeros y un amigo algo más mayor pasaron aproximadamente un mes viviendo en la Cova dels Testos, en el litoral del Poble Nou de Benitatxell. Allí estaban apartados de todo. La cala dels Testos, una de las más recoletas de la comarca por su dificilísimo acceso (hay que descolgarse por las cuerdas instaladas en un barranco), era suya. Pocos turistas pueden encontrar un lugar más privilegiado. Y, en este caso, más barato.

En esta cala, no hay ahora nadie acampado. Pero en el acantilado del Moraig todavía quedan dos hamacas de otros jóvenes que también pasaron sus vacaciones en plan «okupa de acantilado».

En otra cueva situada entre Ambolo y al Cap de la Nau, en Xàbia, ha quedado incluso una precaria escalera que colocaron los okupas que la habitaron durante meses.

La pasada Pascua la Cova Tallada, en el litoral de Xàbia (está justo en el linde de Dénia), quedó repleta de bolsas de residuos y de restos de hogueras. Más que okupas, fueron turistas que quisieron pasar una noche de aventura en un enclave tan mágico como es esta gruta tallada parcialmente por el hombre (se sacaban sillares de piedra tosca). Acampar está prohibido. Y lo peor es que, como ocurrió entonces, se deje la basura abandonada.

En las últimas semanas, también hay quien ha acampado en la cala Sardinera de Xàbia. Se baja por una senda. Es un lugar menos inhóspito que los acantilados. Pero, por otra parte, quien monta aquí su campamento no goza de la completa intimidad que proporciona la costa más abrupta.

Con todo, el litoral de acantilados de la Marina Alta tiene sus ventajas para poder hacer noche. Los pescadores, desde antiguo, han utilizado estas cuevas para refugiarse. Ahora los usos cambian. Son los turistas los que han descubierto que pueden pasar las vacaciones en plena naturaleza, con una playa exclusiva para ellos y sin gastarse un chavo. La moda de ocupar los acantilados va a más.