Los excursionistas que subían a la cima del Penyal d'Ifac de Calp (la senda lleva más de un año cerrada) se llevaban una gran sorpresa al encontrarse allí arriba, a 332 metros de altitud, una colonia de gatos callejeros. Incluso en algún foro de senderismo se animaba a llevar comida para alimentarlos. Al cerrarse la senda, los felinos se quedaron sin pitanza. Y bajaron a buscarla. Entonces el personal del parque los capturó con jaulas. Era una anomalía que los gatos vivieran a sus anchas en una cumbre aparentemente inhóspita.

Los animales que sí han vuelto a su medio son las dos tortugas, una verde y otra boba, liberadas ayer en la playa del Raset de Dénia ante más de 1.200 escolares.