Mejor la concienciación, pero el Ayuntamiento de Xàbia también aplica su ordenanza de convivencia e impone multas que, en algunos casos, son abultadas. El dueño de un perro peligroso tendrá que rascarse bien el bolsillo. El consistorio lo ha multado con 2.500 €. El ahora sancionado tenía el perro suelto y sin bozal en un terreno de su propiedad. Mordió, aunque no de gravedad, a un senderista que pasaba por allí.