El pleno de Orba ha aprobado provisionalmente (ahora está en exposición pública) un reglamento que prohíbe al alcalde y a los concejales, así como al personal eventual y a los funcionarios, recibir regalos personales. Regula qué deben hacer los cargos públicos cuando se les dé un obsequio institucional. Pasarán a ser propiedad del Ayuntamiento. La junta de portavoces decidirá qué destino se les da. Si los regalos son fungibles o tienen utilidad (ropa, calzado?), la junta los entregará a una organización benéfica o a una ONG. El reglamento también detalla qué son los obsequios de hospitalidad y protocolarios. La falta por incumplir estas normas estará tipificada como muy grave. La Corporación, de tener conocimiento que un edil o funcionario se queda un regalo, constituiría de inmediato una comisión de investigación.