La pobreza anida en el corazón urbano de Dénia. La estructura en ruinas de la calle La Vía, donde a finales de 2014 murió un indigente al caer al vacío por uno de los huecos previstos para los ascensores, vuelve a estar ocupada por sin techo. Este diario comprobó ayer como uno de los huéspedes de esta obra abandonada entraba por un resquicio abierto en el vallado. Dentro, los indigentes se han repartido los espacios. Al menos no duermen del todo al raso. A media mañana, en la planta baja, un sin techo descansaba sobre un camastro. Ha ganado un poco de intimidad rodeando su espacio con jirones de tela verde que ha arrancado del vallado exterior. A pocos metros, hay otro camastro (el de la imagen). Su dueño tiene aquí algo de ropa y objetos personales. En los garajes, también pasan la noche otros indigentes, según confirmaron ayer vecinos de la calle La Vía.

La promotora que debía construir aquí una finca excavó las dos plantas de garaje y ni siquiera llegó a levantar la mitad del esqueleto. Abandonó hace más de una década las obras y así se quedaron. Esta estructura está a una veintena de metros de la calle Marqués de Campo. Que la valla vuelva a estar abierta es un peligro. El interior está erizado de hierros del forjado y de huecos sin protección.

De hecho, el indigente de 37 años que falleció aquí cayó por uno de esos agujeros desde la planta baja hasta el segundo piso del garaje. Hay unos diez metros. Tras el accidente, se reforzó el vallado. Pero este estructura es otra vez un coladero. De noche, sus moradores deben caminar con tiento para no dar un paso en falso.