Una es la lucha por recuperarla, por dar con el paradero de Khrystyna Savenchuk, la chica de Xàbia que lleva dos años desaparecida, y la otra lucha es contra el olvido, contra ese fantasma que te arrebata por segunda vez a un ser querido. Khrystyna salió de casa para ir al instituto la mañana del 20 de mayo de 2014. Ya no se ha vuelto a saber de ella. Sus padres encontraron días después una carta ambigua. La chica se despedía. Los investigadores averiguaron después que la joven, que entonces tenía 15 años, podía estar sufriendo el acoso de un novio que residía en Alemania y con el que mantenía contacto a través de internet. La joven, de origen ucraniano y que llevaba tres años viviendo en Xàbia con sus padres, era de natural reservada, pero, en esas últimas semanas, todavía se había aislado más.

Tras dos años, no hay pistas de su paradero. Se la ha tragado la tierra. Sus compañeros y profesores de instituto siguen, eso sí, luchando. Contra el olvido. Ayer, al cumplirse dos años de la desaparición, realizaron un acto en el patio del IES Número 1 de Xàbia. Varios estudiantes sostuvieron carteles con letras que formaban la frase «te recordamos». También portaron la pancarta y los carteles que se han difundido en una búsqueda hasta ahora infructuosa. La Guardia Civil ha removido cielo y tierra. Pero ninguna de las pocas pistas de esta misteriosa desaparición ha conducido a nada.

Los estudiantes también leyeron emotivas poesías. Todas invocaban el recuerdo. «Cuando te fuiste, una herida se abrió en el silencio», leyó Flor. El verso lo compuso Laura Castro, una alumna de 1º de Bachillerato. Khrystyna ha dejado un gran vacío en este instituto, que quiere mantener viva la llama de la esperanza. «No sabemos nada de ella. No sabemos si se marchó forzada o si ya no está entre nosotros», dijo la profesora Mònica Pla. Otra docente, Teresa Catalá, animó a los alumnos a cerrar el acto con un minuto de aplausos. «Éste es un acto de esperanza, recuerdo y alegría. No queremos acabar con un minuto de silencio, sino de aplausos para que nuestra solidaridad le llegue a Khrystyna allí donde esté».