El agua que entra en la potabilizadora de Parcent, que es la que luego llega a las casas de Xaló y Llíber, está cada vez más turbia y contaminada por aluminio. El Ayuntamiento de Xaló hizo público ayer el resultado de la analítica realizada en el agua que llega a la planta y que se extrae del pozo de Parcent. Los niveles de aluminio se sitúan entre los 1.200 y 2.000 miligramos cuando el máximo permitido son 200. Está claro que, al potabilizarse, esos umbrales se reducen. Pero el consistorio también aclara que la planta estaba preparada para tratar agua que llegara como mucho con 500 mg de aluminio.

El ayuntamiento recalcó que estos niveles «no se habían alcanzado nunca». La turbidez también está por las nubes. Se sitúa entre 20 y 36 miligramos. El tope legal es de 1 mg en el depósito y de 5 al salir el agua del grifo. La potabilizadora se inauguró con la certeza de que este valor nunca se dispararía por encima de los diez miligramos.

La sequía hace ya estragos. Xaló y Llíber llevan dos semanas sin agua potable. Un informe del Consorcio de Aguas de la Marina Alta adelantado en exclusiva por Levante-EMV advierte de que este verano también podrían quedarse sin suministro potable Benissa, Senija, Teulada-Moraira y el Poble Nou de Benitatxell.

Mientras, continúa la refriega política. La comarca revive la guerra del agua. El alcalde de Xaló, Joan Miquel Garcés, de Compromís, insistió ayer en que el munícipe de Calp y presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, del PP, se niega a ceder a los pueblos que ya están sin agua caudales del trasvase que baja a la costa calpina desde la Vall de Laguar.