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Las embarcaciones con bandera de paraísos fiscales atracan en Dénia

Megayates con enseña de las islas Marshall y Caimán o Panamá tienen puerto base en la Marina Alta

Banderas de los megayates atracados en Dénia. La primera es de San Vicente y las Granadinas. a. p. f.

El puerto de Dénia es un buen lugar para aprender geografía, sobre todo geografía de los remotos paraísos fiscales. En el muelle de megayates, que está en el tramo más urbano del puerto, justo donde desemboca la calle Marqués de Campo, llevan atracados todo el invierno barcos que quitan el hipo. El «Kingdom Come» y el «Yaakun» tienen esloras de 60 metros. Cuando se construyeron fueron lo más en yates de lujo. El primero tiene bandera de las Islas Marshall y el segundo de las Caimán. Otro de los megayates aquí amarrados, el «Harmony II», botado en 1955, lleva pabellón de San Vicente y las Granadinas, un minúsculo país isleño al norte de Venezuela.

Mientras, en el «Pokrov II» ondea la bandera de Malta y en el «Thunderball» la de Panamá. El velero de 43 metros de eslora «La Paz», que está atracado en un tramo de muelle que todavía está en obras, también luce la bandera de las Islas Caimán, al igual que el megayate «Fayza», otro de los que ha hecho de Dénia su puerto base.

El único yate con una bandera conocida, la de España, es el «Forners», antiguo Fortuna, que ahora pertenece a la naviera Baleària. En este barco, de 41 metros de eslora y abarloado junto a otros que están matriculados en paraísos fiscales, navegó durante 13 años el Rey Juan Carlos y su familia por las aguas de Mallorca. En julio de 2014, la Fundación Turística y Cultural de les Illes Balears lo vendió a Baleària por 2,2 millones de euros, un precio que se consideró irrisorio.

Los otros megayates atracados en este muelle que gestiona Varadero Port Dénia también tienen su historia. El «Thunderball», de 35 metros de eslora y construido en 2001, se llama así en homenaje a una de las películas de James Bond. El «Kingdom Come» navega desde 1979. Uno de los famosos que ha pasado a bordo sus vacaciones es Bono, el cantante de U2. El «Yaakun» fue un encargo del emir qatarí Sheikh Khalifa. Se lo regaló a una de sus esposas, la jequesa Mozah bint Nasser al-Missned.

Todos estos yates, a excepción del «Harmony II», que se construyó en 1954 en los astilleros de Osijek (Croacia), son demasiado nuevos (se botaron entre 1979 y 2001) para considerarse barcos históricos y demasiado viejos para los caprichos náuticos de vanguardia y ostentación que se permiten ahora las grandísimas fortunas. Con todo, continúan siendo referencia del lujo en el mar. El «Yaakun», por ejemplo, está valorado en 22 millones de euros. Estos yates han despertado admiración en el Mediterráneo. Ahora se alquilan como «charter».

En Dénia, un puerto discreto que está a tiro de piedra de Ibiza, el brillo de estos megayates y sus banderas de paraísos fiscales pasan bastante desapercibidos.

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