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Convertir la desalinizadora de Xàbia en la fábrica de agua de la comarca cuesta 16,9 millones

La ampliación de las conducciones y la planta son las obras clave del plan para evitar restricciones

Convertir la desalinizadora de Xàbia en la fábrica de agua de la comarca cuesta 16,9 millones

El gran pantano de la Marina Alta está en el mar. El reactivado Consorcio de Aguas de la Marina Alta, creado en 1987 pero que hasta ahora no había funcionado, trabaja en un plan de inversiones que debe evitar nuevas restricciones de suministro de agua. La cosa urge. Los 3.600 vecinos de Llíber y Xaló ya se han quedado sin agua potable. Y todavía faltan dos meses para el verano.

La clave de ese plan, que deben financiar el Consell y la Diputación de Alicante, es la desalinizadora de Xàbia. Esta planta, que ahora puede producir un tope de 27.000 metros cúbicos al día de agua desalada de gran calidad, se convertiría en la fábrica de suministro de la Marina Alta. El plan incluiría reivindicaciones de otros pueblos, como la ampliación de las desalobradoras de Teulada y Calp o la conexión de la Vall de Pop (Xaló es el pueblo de más población) a la tubería que trasvasa agua desde el pozo Lucifer, en la Vall de Laguar, a Calp. El consorcio y los técnicos del Ciclo Hídrico de la Diputación están definiendo qué inversiones son las esenciales para garantizar que, pese a que la sequía sea tan pertinaz como la de los últimos años, la comarca no pase sed.

La pieza central del rompecabezas es la desalinizadora de Xàbia. Y ya se sabe lo que cuesta ampliarla con dos nuevos bastidores (pasaría a producir 36.000 m3 de agua al día) y conectarla con Dénia y con los municipios del sur de la Marina Alta. Las obras subirían a 16,9 millones de euros.

La ampliación de la planta asciende a 7,7 millones. Se perforarían cuatro nuevos pozos de captación de agua del mar (ahora hay diez y están en la Vía Augusta, en el litoral del Primer Muntanyar) y se modernizarían los bombeos para mejorar la eficiencia energética.

Además, Amjasa, que es la empresa municipal de suministro de agua en Xàbia, plantea renovar la conducción con los pozos que este municipio tiene en Pedreguer. Todavía queda un tramo de fibrocemento de más de 40 años de antigüedad. Esa conducción permite llevar agua de la desalinizadora a Gata y Pedreguer. La obra se ha presupuestado en dos millones.

La conexión con el sur de la Marina, a través del Poble Nou de Benitatxell y Teulada, pueblos a los que Xàbia ya ha vendido agua desalada, tampoco es técnicamente compleja. Se debería trazar una nueva conducción de 3 kilómetros y construir una estación de bombeo. Con una inversión de 1,7 millones bastaría, en principio.

Más caro sale llevar el agua a Dénia. Xàbia tiene los depósitos de Rompudetes y del Iryda, que están a tiro de piedra de Jesús Pobre (es una entidad local menor de Dénia y comparte red de suministro). Habría que colocar, eso sí, una nueva tubería de 8 kilómetros. Amjasa ya redactó este proyecto en 2005. Ahora se deben actualizar los precios. El coste estaría en 5,5 millones de euros.

La solución más económica

Así las cosas, convertir la desalinizadora que Xàbia puso en marcha en 2002 (salvó así los veranos en los que el agua del grifo era sal pura) en la factoría que suministre agua a la comarca sale por 16,9 millones. Es más barato que construir en cada pueblo una planta (la que se planteó para Dénia se iba a 30 millones). Además, la desalinizadora de Xàbia ha resuelto satisfactoriamente el vertido de la salmuera, que es el sobrante que queda tras la desalación. Se arroja al canal de la Fontana, que desemboca en el mar, pero antes la salmuera se diluye con agua marina. Al rebajar la salinidad, se evita el impacto negativo en los fondos costeros.

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