Hay obras que desde la primera piedra son un tropiezo. Las de las nuevas plazas de Xàbia, la reurbanización de las rondas, los aparcamientos subterráneos y el nuevo Ayuntamiento (40 millones de euros) nacieron gafadas. El pasado marzo, al inaugurarse el nuevo edificio Consistorial (costó 6,6 millones y estuvo 8 años cerrado), parecía que la cosa se enderezaba. Sin embargo, a primera hora de ayer, los operarios municipales precintaron las escaleras exteriores del flamante Ayuntamiento y de la plaza del Portal del Clot. Los peldaños son peligrosos. La Policía Local, que ahora tiene aquí su retén, lo ha podido comprobar todos los días. Los vecinos no ven los escalones y muchos de ellos han caído.

El miércoles dos vecinos se accidentaron. De noche, cuando el enlosado oscuro todavía se ve menos, las escaleras son una trampa. Ahora se valora pintar una franja que resalte para que los peatones no sufran más accidentes.