Los «cerdolíes», una especie híbrida que nace al aparearse cerdos vietnamitas y jabalíes, todavía no han asomado por la Marina Alta. De momento. Situaciones de riesgo para que nazca este cruce que hereda lo peor de cada padre (son agresivos como los jabalíes y se reproducen con facilidad y comen todo lo que encuentran como los puercos asiáticos) sí que se están produciendo. En las pasadas fiestas de Pascua, la Policía Local y los cazadores de Xàbia, así como el Seprona, persiguieron a una considerable manada de cerdos vietnamitas que campaba a sus anchas por la partida de les Ribes y de la Tarraula.
Fuentes de la sociedad local de cazadores explicaron que a ellos se les pidió que intervinieran para capturar a estos animales. Lo hicieron cuando se cercioraron de que la conselleria de Medio Ambiente había autorizado que participaran en la batida.
A las crías, las atraparon con jaulas. Mientras, a algunos ejemplares adultos sí tuvieron que abatirlos. En total, capturaron a 48 cerdos vietnamitas. Los vecinos de la zona también se habían quejado al observar a estos animales sueltos por campos y caminos y temer que su población se disparara. Se sorprendían al ver cruzar a plena luz del día una hembra con una recua de numerosos cochinos.
Esta especie exótica se puso de moda hace unos años como mascota. Los cerditos eran simpáticos de pequeños, pero cuando crecían sus dueños querían deshacerse de ellos. Soltarlos en el campo es una mala idea, ya que pueden cruzarse con los jabalíes y tener crías de «cerdolí», una especie que, aseguran los cazadores, no se ha detectado en Xàbia.
El control sobre los puercos vietnamitas es clave. De ahí que también en las últimas semanas se instara a un dueño de terrenos en la zona del Saladar a que confinara los cerdos vietnamitas, unos veinte, que tenía sueltos en su propiedad.
Los jabalíes, que han proliferado en parajes de Xàbia como el de la Granadella, a veces se atreven a bajar a estas zonas habitadas. La sequía les empuja a buscar agua. Se temía que entraran en los terrenos donde los cerdos vietnamitas estaban sueltos y pudieran aparearse con ellos. Toda precaución es poca a la hora de evitar que una nueva especie, el «cerdolí», compita con la fauna autóctona y la acabe desplazando.
