El prestigioso cocinero Miquel Ruiz dijo en unas recientes jornadas gastronómicas que le encantaría aprender a elaborar el «arròs amb fava pelada». Los platos a fuego lento, las recetas de caldero, es evidente que se están perdiendo. Si hace poco los cocineros dianenses alertaban de que el genuino «arròs a banda» casi había desaparecido (y eso que los arroces secos tienen más tirón), qué suerte iban a correr los arroces caldosos. Los de toda la vida se han caído de las cartas de los restaurantes, que sí sirven arroces melosos de bogavante (suele ser de Canadá). El negocio gastronómico, salvo excepciones, no encuentra tiempo para reposar los caldos.

Sin embargo, ahora cuatro pueblos de la comarca quieren darle la vuelta a la tortilla. Han puesto en marcha la iniciativa «Què fem del caldo a la Marina Alta?» Esos municipios son Dénia, Jesús Pobre, Xaló y Pego. Todos aportan su grano? de arroz. Dénia, como ciudad creativa de la gastronomía de la Unesco, debe apostar por proyectos cocinados a fuego lento. Esa es la filosofía de la candidatura «Dénia & Marina Alta Tasting Life» que le abrió la puerta de la red creativa de la Unesco. Mientras, Pego tiene una excelente materia prima, el arroz bomba.

El objetivo es recuperar las recetas tradicionales del arroz caldoso. La Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Marina Alta también está en el ajo. El proyecto arrancará el próximo 30 de abril con un encuentro gastronómico en Jesús Pobre en el que se reivindicará el «arròs amb fava pelada». Es el plato más recomendable para estos días que las habas están tiernas y sabrosas. Este arroz caldoso es casi arqueología culinaria. Ese día se proyectará el video grabado en el CdT de Dénia a varias mujeres de Jesús Pobre mientras cocinaban este plato y, al tiempo, impartían una clase magistral a los alumnos de Hostelería.