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Benitatxell se sacude la fama de la «mitja fava»

Empar Ferrer desmonta en un cuento el estereotipo de tacaños de los vecinos de este pueblo

Benitatxell se sacude la fama de la «mitja fava»

Es habitual que unos pueblos le cuelguen a otros un sambenito. En la Marina Alta, a los vecinos del Poble Nou de Benitatxell les ha tocado cargar con la fama de tacaños. Se les llama «mitja faves». Y se dice que, dado que son más agarrados que un chotis, parten por la mitad las habas para plantarlas de dos en dos. Y todavía hay una leyenda más cruel. En Xàbia, por ejemplo, cuentan que en el Poble Nou a los recién nacidos los tiran contra la pared. Si se agarran, son pobleros de pura cepa.

Pero el estereotipo tiene los días contados. El próximo viernes la escritora del Poble Nou de Benitatxell Empar Ferrer presenta su libro «El gegant mitjafava», que editan Edicions del Bullent y la concejalía de Cultura y está ilustrado por Mar Llobell, una artista de Teulada. Empar Ferrer desmonta la mala fama de roñosos. El protagonista del cuento es un niño desprendido y generoso. Y la «mitja fava» remite más a la sabiduría agrícola de este pueblo, ahora lanzado a recuperar el cultivo ecológico del moscatel, que a cuentos chinos de tacañería. Por «El gegant...», además, desfilan personajes muy identificados con un determinado momento histórico de la Marina Alta. Hay agricultores que se juegan la vida en la pesquera, carabineros que tratan de evitar el contrabando, «senyorets», una poblera «encesera» («encesers» eran los labradores que bajaban a la pesquera, actividad que era exclusiva de los hombres) y hasta una «fadeta faveta», que el toque mágico nunca debe faltar en un cuento.

«El gegant...» llegará el viernes. Empar Ferrer presentará el libro en la biblioteca. Pero el sábado y el domingo, cuando el Poble Nou celebra la «Festa del Vi i la Fava», la autora también leerá fragmentos del cuento y lo firmará. La escritora acudirá el 30 de abril a la Fira del Llibre de València. «El gegant mitjafava» quiere también poner allí las cosas en su sitio. Benitatxell se sacude el tópico.

La autora reconoce que se ha inspirado en les Rondalles d'Enric Valor. También ha querido introducir temas universales y actuales como la solidaridad, la crisis o la pobreza. El cuento, claro está, tiene un primer público que son los niños y adolescentes, pero ofrece lecturas más complejas. El lector atento incluso podrá descubrir a personajes que viven en el filo, del acantilado y también de la norma. Hay ecos del contrabando (extendido en la Marina Alta durante la primera mitad del XX). También se puede intuir una sutil alusión a la persecución política en la dictadura.

«Pero, sobre todo, es una historia de buenos sentimientos que trata de transmitir el mensaje de que las cosas hechas con el corazón tienen el poder mágico de girar la realidad», afirma Empar Ferrer, que reconoce influencias de la cuentística tradicional europea, en concreto de los hermanos Grimm, y de la rondallística de Enric Valor. «No me gustan los cuentos infantiles que viven de espaldas a la realidad. Creo que es bueno que los niños y niñas perciban que la vida no es fácil, que incluso puede ser dura e injusta para muchas personas. En mi opinión, creo que uno de los retos del futuro es educarlos para ser solidarios, generosos y tan fuertes emocionalmente como lo fueron nuestros abuelos», reflexiona.

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