La urbanización de 696 casas con la que Gata de Gorgos se subía en el año 2000 al globo inmobiliario es la historia de nunca acabar. Tras 16 años de obras y parones, sobre todo de parones, la empresa Grupo Bertolín, que en 2012 ganó el concurso para acabar los trabajos de urbanización, también quiere ahora rescindir el contrato. Y más que eso. Le reclama al Ayuntamiento una indemnización de 700.000 euros.

El Consistorio, gobernado por Compromís y JuGa, no acepta, claro está, las condiciones de la empresa. En el pleno del miércoles, todos los grupos rechazaron romper el contrato. Quieren que Grupo Bertolín acabe, de una vez por todas, la urbanización de Gata Residencial.

Este programa urbanístico está gafado. Lo promovió Jubesa, que luego quebró. El Ayuntamiento, al menos, disponía del aval de casi 6 millones depositado por la mercantil. Podía contratar a otra empresa para acabar los viales y las redes de agua y alcantarillado. Y así lo hizo en 2012. Adjudicó las obras a Grupo Bertolín.

El actual concejal de Urbanismo, Jaume Monfort, explicó ayer a este diario, que esa empresa apuró mucho con su oferta. Valoró las obras de urbanización en unos 3,5 millones, oferta que rozaba la baja temeraria. También se comprometió a hacer mejoras por un millón de euros.

La empresa topó con un primer problema. Los terrenos de una calle que debía urbanizar eran todavía privados. Jubesa no los llegó a comprar. El Ayuntamiento reaccionó. Eliminó esa calle y añadió al proyecto nuevas obras. Pero la empresa ya no estaba por la labor. Suspendió los trabajos. El pleno aprobó hasta cuatro requerimientos para que los retomara. Pero allí ya no se ha movido una piedra. Y quedan por acabar escaleras que conectan calles (la urbanización tiene bastante pendiente), la red de alcantarillado y un vial de servicio.

Monfort precisó que a la mercantil le restan por hacer obras valoradas en un millón de euros. En cambio, es la empresa la que pide que el Ayuntamiento la indemnice. Es probable que el conflicto acabe en los tribunales.