La cofradía de las Tres Caídas exhibió anoche sobriedad y elegancia en su marcha desde que asomó su talla por el portón de la Iglesia de les Neus. Sus 64 costaleros portaban este gran trono al hombro y la multitud agolpada en la Plaza de la Villa arrancó en aplausos.

La Pasión continúa y las cuatro hermandades y cofradías que trabajan por dar valor a la Semana Santa calpina demuestran su vocación de continuidad. Son jóvenes pero no se asustan con los retos ni las propuestas y trabajan por conseguir nuevos proyectos como, en el caso de esta cofradía, con las andas y la talla de Simón Cirineo, que acompaña a Jesús ya desde el pasado año con la cruz en su penosa carga hasta el Calvario. Hasta cinco imágenes -tienen por ahora dos- quieren reunir para su procesión en los próximos tres años, informaron fuenets de la cofradía. Aún les faltan el Romano y la Mujer Hebrea con el niño en brazos. Las hermandades tienen mucho recorrido por delante pero demuestran que el mapa lo tienen bien dibujado.

Las Tres Caídas recorrió ayer las calles del centro histórico acompañada por La Dolorosa de Oliva al ritmo de cornetas y tambores con un mensaje sobrio, exuberante y sentido. Sus pasos fueron firmes, aportando prestancia militar, sobriedad, esplendor, expresionismo y mucho colorido en rojo y negro.

Itinerario

Recorrieron Reverendo Penalva, la plaza Miguel Roselló, la avenida de Ifach, Justicia, Llibertat, la Purísima, la plaza dels Mariner y la de la Constitución para volver por la avenida de Ifach de nuevo hasta la plaza de la Villa y dar por finalizada la procesión del Miércoles Santo de 2016.

Su capataz, Rogelio Ramirez, hizo bailar al trono, una mecida que se convirtió en la máxima expresión de su puesta en escena en la calle. Y es que la cultura cofrade está grabada a fuego en estos penitentes. Anoche las Tres Caídas logró que Calp temblara a su paso ante la mirada de centenares de vecinos.