El vecino de la calle Cavallers de Dénia que colocó lápidas y ataúdes en la parte de atrás de su vivienda, que da al patio de un restaurante de la calle Loreto (también eran visibles desde la vía pública), los empezó a retirar en la tarde de ayer. Durante un año largo, este vecino ha mantenido su protesta contra el local paredaño a su casa. Decidió quejarse de forma un pelín macabra al colocar estos elementos funerarios. Aseguró que este restaurante le truncó, por el ruido, su calidad de vida. En los últimos días, el vecino ha recibido una notificación de la Agencia de Protección de Datos dado que se le ha abierto expediente por colocar en la calle cámaras de vigilancia.