El arte efímero de las Fallas aspira a la eternidad del museo. El artista Enric Ginestar dio voz en el pregón de esas fiestas a una demanda histórica de las Fallas de Dénia, la del museo fallero. Desde la muralla de la ciudad y acompañado por las falleras mayores, Marina Margalejo y Alejandra Pastor, Ginestar pronunció un pregón de corte reivindicativo. Incluso emplazó a los falleros a «estimar» los monumentos, dado que son «el elemento central de la fiesta». Lamentó que, tras los premios, queden «casi abandonados y atravesados por los banderines, que llegan a taparlos». Pidió a las comisiones que hasta la noche de la «cremà» la fiesta gire en torno a las fallas, y que valoren todo el trabajo que hay detrás de este arte pasajero.

El artista confesó que ya de crío descubrió su vocación y su «pasión» por las fallas. En 1992, plantó su primer monumento infantil. «Cuando decidí ser artista fallero, decidí también dedicarme a aquello que es y ya no es», explicó.

Y siguió por la senda reivindicativa al emplazar a los falleros a explorar «nuevos e imaginativos caminos». «Imaginad que el tan deseado museo fallero se convierte en una realidad y muestra los 365 días del año el proceso de una falla». Ginestar proclamó que ese «anhelo» no requiere de «grandes obras ni edificios». Dijo que podría darse el primer paso al exponer en un espacio del actual Museu del Joguet los «ninots indultats». «No es complicado. Y, desde ya, os ofrezco mi ayuda para convertir este sueño en una realidad». El artista dijo que él mismo podría restaurar los «ninots» para que se exhibieran en esa sala que preludiaría el futuro museo fallero.

El pregonero animó a la Dénia fallera a creerse la importancia de estas fiestas. Subrayó que están a la altura de la histórica industria del juguete, que sí tiene su museo, y de la gastronomía, elevada ahora a los altares con la declaración de Dénia como Ciudad Creativa de la Unesco de la Gastronomía.

Enric Ginestar se involucró en otro proyecto fallero que ahora toma cuerpo, el de poner en marcha un colectivo de estudios de las fallas de Dénia y de la Marina Alta. «Esta iniciativa cuenta con todo mi apoyo», subrayó.

El pregón y la «crida» dieron inicio el domingo a las Fallas en Dénia. El alcalde, Vicent Grimalt, entregó las llaves de la ciudad a las falleras mayores, que, al unísono, pronunciaron una emotiva «crida», en la que afirmaron que todos los falleros les dan su aliento en esos «diminutos momentos» en los que, arrastradas por el torbellino de actos, se sienten desfallecer.