Hay agricultores que no escarmientan. El pasado mes de mayo una quema agrícola en un día de poniente (se superaron los 40 grados centígrados) terminó calcinando 1.715 hectáreas de monte de Pego, la Vall d'Ebo, l'Aztúbia y la Vall de Gallinera. Ayer, otra quema de rastrojos casi acaba con la única montaña que se salvó de aquel incendio. Un agricultor prendió una hoguera en el extremo de un huerto de naranjos que linda con la pinada de la montaña de Ambra. El fuerte viento descontroló el fuego y lo empujó montaña arriba. El labrador huyó a escape.

Los bomberos llegaron a toda prisa. El fuego comenzó sobre las 7.30 horas. Acudieron bomberos del parque de Dénia y de Benidorm, así como dos brigadas forestales y otra helitransportada.

El fuego alcanzó, en poco tiempo, la peña sobre la que están las ruinas del castillo de Ambra. Avanzó tan rápido que se propagó a ras de suelo. Los bomberos luchaban a solas contra las llamas. Hasta pasadas las 9 de la mañana no se incorporaron dos helicópteros y una avioneta de extinción. Finalmente, el fuego terminó calcinando alrededor de una hectárea. La vertiente afectada es de umbría y bastante húmeda.