Los ladrones empiezan a especializarse en detectar resquicios en la seguridad de los centros educativos de la Marina Alta. Si hace dos semanas asaltaron el colegio de educación especial Raquel Payà de Dénia y se llevaron casi 3.000 euros, este fin de semana se han colado en el instituto Antoni Llidó y han robado el dinero de dos excursiones. En ambos casos, se las ingeniaron para destrozar las alarmas y desactivar su dispositivo antisabotaje.

Los cacos conocían las instalaciones del instituto de Xàbia. Se colaron, desde el patio, por un respiradero del cuarto de máquinas. Esta habitación cuenta con una puerta de seguridad. Desde fuera (da al vestíbulo del centro) está cerrada con llave, pero desde dentro sí se puede abrir. Ese detalle confirmaría que los ladrones habían planificado a conciencia el golpe. Una vez dentro, forzaron la puerta de la conserjería y arrancaron los cables de la alarma. También reventaron las cerraduras del despacho del director y de secretaría. Allí rompieron y volcaron los armarios de metal en el que se guarda el dinero de las excursiones.

Los ladrones se hicieron con un botín considerable. Se llevaron el dinero que las familias habían pagado para que los alumnos realizaran una excursión organizada por el departamento de Tecnología y otra de fin de curso. Las fuentes consultadas indicaron que la cantidad sustraída superaba los 5.000 euros.

Los trabajadores y profesores del instituto descubrieron el robo al abrir ayer el centro. La Guardia Civil ha iniciado una investigación. Recogió huellas dactilares que dejaron los cacos.