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Calp

La cara prohibida del Penyal ya tiene dueño

Las gaviotas invasoras, cuya población se ha disparado, se han apoderado del parque natural

La cara prohibida del Penyal ya tiene dueño

El Ayuntamiento de Calp, gobernado por el PP, puso esta semana el grito en el cielo. Acusó al Consell de abandonar a su suerte el Penyal d'Ifac, el parque que antes de que la senda que sube hasta su cima se cerrara el pasado mes de abril, era, con 130.000 senderistas al año, el más visitado de la Comunidad Valenciana. La Conselleria en Medio Ambiente también alzó la voz. Ha reservado 40.000 euros para hacer segura la senda clausurada. Y culpa del deterioro al anterior Consell del PP, que se olvidó de que este parque natural necesitaba mantenimiento.

Pero el ruido del rifirrafe político no se escucha en el Penyal. Los excursionistas, tras subir el primer trecho de la senda (la vertiente que da al pueblo) y salir del túnel por el que se accede a la otra vertiente, la del mar, que es la que está cerrada, advierten que la montaña tiene un nuevo dueño. La cara prohibida pertenece absolutamente a las gaviotas invasoras que, sin senderistas que las turben ni políticas de control de esta plaga, ya se cuentan por cientos.

Hay excursionistas que desafían la prohibición y saltan la cancela con la que la conselleria clausuró la senda. Al otro lado, el camino está deteriorado. Las piedras, tras hollarlas miles de personas, están pulidas y resbalan de lo lindo. En el tramo final, hay que trepar más que caminar. El peligro es evidente. Pero más que la sensación de estar expuesto a un accidente sobrecoge el nubarrón de gaviotas patiamarillas. El estridente concierto de graznidos es ensordecedor. Estas aves parece que tienen muy claro que aquí no quieren a nadie más. Dirigen el pico a los senderistas y les lanzan graznidos de amenaza. Y se atreven a sobrevolarle a centímetros, marcando el territorio. La expansión sin control de estas aves también ha provocado gran suciedad. Los excrementos manchan barandillas, las azoteas de los edificios más próximos y las aceras de la zona del puerto. Los toldos de las embarcaciones que permanecen al seco en el club náutico también están salpicados de guano.

Cuando la conselleria empiece a arreglar la senda, deberá reconquistar el Penyal. Han bastado nueve meses para que las gaviotas, cuya proliferación es aquí un problema histórico, se hagan las amas absolutas de esta montaña litoral.

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