­El anciano atrincherado en su piso de Xàbia desde el pasado jueves no afloja su órdago. Al contrario. Manuel Mir, de 80 años, reiteró ayer que está decidido a no dejar pasar a nadie a la finca fantasma de la que es el único vecino.

Reclama al banco propietario de las otras viviendas que le abone los 1.700 euros de la acometida de luz de la finca (no tenía suministro en su vivienda) y del cerrajero que ha pagado de su bolsillo.

Además, ha retado al Ayuntamiento de Xàbia a apretar las clavijas a los bancos que mantienen viviendas vacías. Mir exige al consistorio que sancione a las entidades que deben el IBI y la comunidad de vecinos de sus pisos. «Huelga de hambre no voy a hacer.

El sábado saldré a llenar la despensa para poder pasar la semana fortificado en la finca. Debo estar fuerte», manifestó.