El TSJ anuló en 2007 la licencia de obra que había concedido un año antes el ayuntamiento presidido por Císcar. La nave comercial, que se había levantado en un suelo residencial, que no terciario, quedaba fuera de ordenación. Sin embargo, el consistorio le otorgó licencia ambiental (de actividad) en 2008. El TSJ también la anuló. El plan de reforma interior aprobado por el pleno en 2009 para legalizar el negocio, también corrió la misma suerte. El TSJ lo tumbó en 2013. Esgrimió que parte del suelo (830 m2) era no urbanizable de especial protección por ramblas. Además, la nave no cumplía la exigencia del PGOU de lindar directamente con la carretera de Moraira a Calp. El barranco quedaba en medio y lo impedía.