Los policías de barrio, esos que cada día pisan la calle y conocen los hábitos del vecindario, desarrollan un instinto especial. El olfato de uno de esos agentes ha sido clave para arrestar esta semana en Dénia a un delincuente búlgaro buscado por la Interpol. Al policía de barrio le resultó sospechoso que un coche de alta gama estuviera aparcado en una céntrica calle de la ciudad con un cartel de «se vende».

Los vehículos de lujo no son frecuentes en esta zona. De ahí que se afanara en comprobar los datos del coche. Entonces saltó una alerta de la Interpol, que había difundido una orden de búsqueda, detención y extradición del propietario del automóvil, I. S. T., un supuesto delincuente tecnológico que clonaba tarjetas de crédito para sacar gran cantidad de dinero de los cajeros automáticos.

Extradición

La Policía Local arrestó al sospechoso y lo remitió a la Policía Nacional. Ya ha pasado a disposición judicial. La Audiencia Nacional cursará ahora su extradición a Marruecos, país que lo reclama y donde podría cumplir penas de prisión.