El agricultor no salía de su asombro. Antes de que despuntara el día, quemó rastrojos en su finca de la partida Vinyent, en Benissa. «Cuando sale el sol, suele levantarse viento. Pero hoy (por ayer) no. Y decidí seguir la quema y limpiar los márgenes». Y en esas estaba cuando empezaron a llegar bomberos y brigadas forestales. Un avión air tractor realizó dos descargas. «La quema no se me ha ido de las manos», aseguró el labrador. Un ciclista avisó del fuego y la movilización fue inmediata. El agricultor se afanó en mostrar su permiso de quema a la policía y a los bomberos. Lo tenía todo en orden. Los bomberos apagaron en seguida las llamas.