Los hosteleros de Dénia admitieron ayer que han olvidado un ingrediente primordial en la receta de l'arròs a banda: la autoestima. El tercer foro arròs a banda i a banda de l'arròs analizó la experiencia del éxito en el negocio de la gastronomía. Y por primera vez desde que se celebra esta jornada de debate, los cocineros entonaron el mea culpa por el declive del plato que es el mascarón de proa de la cocina marinera de Dénia. Los restaurantes ya no lo cocinan. Y los que sí lo mantienen en sus cartas y menús en realidad sirven un sucedáneo de arroz con gambas y tropezones de calamar y pescado. El arròs a banda auténtico, ese que los pescadores cocinaban en calderos en sus barcas, va camino de pasar a la historia.

«Yo animaría a volver al arròs a banda de siempre y aparcar el comercial», lanzó ayer Miquel Ruiz, del Baret de Miquel, quien acudió a la jornada para reivindicar la cocina por placer alejada de la presión de la estrella Michelin (él la tuvo y renunció).