Las protectoras de animales de la Marina Alta empiezan a no dar abasto con los perros abandonados. En octubre, se ha disparado el número de canes de los que se desprenden sus dueños. Algunos acuden a las perreras, pero otros los dejan a su suerte. En Pego, la protectora ha recogido durante octubre a ocho perros, de los que la mitad son cachorros. En los últimos cuatro meses, se ha hecho cargo de unos treinta canes. Al menos en octubre lo que no ha ido mal son las adopciones. Cuatro de estos perros (dos bichones, un terrier y un pit-bull) han encontrado un nuevo amo. En julio, la protectora recogió once perros, la mayoría de razas de caza como podencos.