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Xàbia renuncia a convertir en teatro un viejo cine y construirá un auditorio de 2,3 millones

El gobierno local abandona su proyecto bandera de rehabilitar el Central Cinema

El alcalde y sus ediles junto al arquitecto Carlos Montesinos. A. P. F.

El Central Cinema de Xàbia, un viejo cine que lleva cerrado desde hace treinta años, no da para teatro. Al gobierno local, del PSPV, le ha costado abrir los ojos. La nostalgia de recuperar un edificio que está lejos de ser una maravilla arquitectónica, pero que para los xabiencs tiene un gran valor sentimental, había cegado a los concejales. El proyecto de rehabilitación estaba encarrilado. Se habían realizado las catas arqueológicas y el estudio acústico. Las obras, presupuestadas en un millón de euros, contaban con una ayuda de la Diputación de Alicante de 580.000 euros. Convertir el edificio, situado en el corazón del casco antiguo de Xàbia, en teatro era una prioridad para el alcalde, el socialista José Chulvi.

Sin embargo, en una reciente visita al Central Cinema, el propio alcalde y sus concejales de Urbanismo y Cultura, Isabel Bolufer y Quico Moragues, así como los técnicos municipales, descubrieron que desde las últimas filas del anfiteatro no se veía el escenario. «Además, el escenario no tenía las dimensiones para que pudiéramos entrar en los circuitos teatrales de la Generalitat», indicó ayer Chulvi. «Fue una sorpresa muy desagradable».

El edil de Cultura contactó entonces con el arquitecto experto en teatros Carlos Montesinos (ha rehabilitado el Talia, el Olympia y el Micalet de Valencia y ha diseñado el auditorio y el conservatorio de Catarroja). A Montesinos le bastó un vistazo para cerciorarse de que el Central Cinema difícilmente hubiera complido la normativa de uso teatral. El aforo, con un tope de 285 espectadores, se quedaba muy corto. El edificio está incrustado en una trama urbana de callejuelas estrechas. No pueden entrar camiones y no hay sitio para una zona de carga. El aislamiento sonoro y lumínico también planteaba problemas. Y el escenario no para nada. «Ni siquiera hubiera podido actuar la banda de música», apuntó el alcalde. «No era sólo un problema, sino un cúmulo de ellos», sostuvo el arquitecto.

«Es mejor recapacitar que lamentarnos para siempre», reflexionó Chulvi, que anunció que el ayuntamiento no arroja la toalla sin más. «Hemos decidido construir un auditorio de estética arquitectónica sencilla, pero polivalente, y con un aforo para 400 espectadores. La grada será retráctil y con el público de pie la capacidad llegará a 800 espectadores», dijo el alcalde, que anoche presentó el proyecto (de momento, es un esbozo) en el Consell Municipal de Cultura. El presupuesto de las obras sube a 2,3 millones. El munícipe aseguró que el auditorio, que se construirá junto al conservatorio de música (el instituto Antoni Llidó, el parque Montaner y el aparcamiento subterráneo de la plaza de la Constitución también están a un paso), se inaugurará en este mandato.

El alcalde aseveró que la subvención de 580.000 euros de la Diputación no se va a perder, sino que se dedicará a un proyecto que ayer no desveló. Aseguró que peleará para lograr ayudas para las obras del auditorio, aunque también dijo que el consistorio tiene músculo financiero para hacer frente a la inversión de 2,3 millones.

«Desde hace más de un siglo este pueblo reclama un auditorio», sostuvo el edil de Cultura. Ahora ha llegado el momento. El arquitecto avanzó que el edificio será un contenedor de espectáculos. Sacrifica la impronta de autor en aras a la funcionalidad. La época de los proyectos de arquitectura espectáculo ha pasado. Este auditorio será la segunda gran infraestructura cultural de la Marina Alta tras el auditorio de Teulada, diseñado por Francisco Mangado. Por el camino se quedó el teatro La Nau de Dénia. Sus 14 millones fueron demasiado lastre.

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