La urbanización de la Cumbre del Sol, cuyo plan parcial se aprobó en 1975 después de que el Ayuntamiento del Poble Nou de Benitatxell vendiera a la promotora VAPF la montaña litoral en la que se levantan sus cientos de chalés, es de otro planeta. Manuel San Juan, del despacho San Juan Arquitectos, que es el que está redactando el nuevo PGOU del Poble Nou de Benitatxell, expresó ayer esa sensación de que esta urbanización, que ya supera de largo las mil viviendas, vive en una burbuja. De hecho, la crisis del ladrillo ha pasado aquí de largo. «La Cumbre es un mundo aparte. Se seguía construyendo cuando en Barcelona no se veía ni una grúa», indicó el arquitecto, que ayer presentó la propuesta estructural del nuevo PGOU que ahora se someterá a exposición pública.

El consistorio está dispuesto a poner freno al urbanismo desaforado. No le queda otra. El documento de referencia que en mayo de 2014 le remitió la conselleria de Medio Ambiente ya le dejaba claro que debía olvidarse de crecer a lo loco. El Plan General iniciado hace 15 años y que debía jubilar las Normas Subsidiarias de 1986 que todavía hoy, después de 29 años, siguen vigentes, tenía visos de disparate. Preveía un techo poblacional de 38.000 habitantes, cuando este municipio, tras depurarse el padrón en 2014 bajó de golpe de 5.720 a 4.659 vecinos.

La nueva propuesta, cuya exposición pública aprobó ayer el pleno por unanimidad, contempla tres alternativas y la que previsiblemente saldrá adelante es la más restrictiva en cuanto a construcción. Sitúa el techo máximo de población en 7.057 habitantes. Y desclasifica todo el suelo urbanizable que no se ha desarrollado, es decir, que no se ha dotado de viales, alcantarillado, agua y líneas eléctricas. Todo un guiño proteccionista. San Juan subrayó que el Poble Nou «tardará años en colmatar» el suelo que sí está urbanizado.

Sin embargo, la Cumbre del Sol esquiva la desclasificación. El documento de referencia instaba a paralizar la construcción en la montaña litoral del Puig de la Llorença para preservar sus valores paisajísticos. Pero la promotora va por delante. Ha abierto viales hasta la cima y dispone de una gran bolsa de suelo urbanizado donde seguir edificando. La urbanización es, por número de vecinos y de viviendas, otro pueblo no ya nuevo, sino novísimo y colgado del acantilado.