La cúpula octogonal de la capilla del Ecce-Homo de Pego se ve ahora de lejos. A su característico color azul, ha añadido una nueva tonalidad, el amarillo chillón. El ayuntamiento, para evitar filtraciones de agua en la parte de la cúpula que el pasado lunes se derrumbó, ha recurrido a la siempre eficaz espuma de poliuretano. Ha rociado con este material amarillo todo el gallón (gajo de la cúpula) del que se desprendieron cientos de tejas cerámicas azules. Al tiempo, los operarios han desescombrado el tejadillo donde cayeron tejas y cascotes. Esta cubierta también está dañada. Los trabajadores taparán los boquetes con tejas de barro.
Reparar este derrumbe va para largo. El consistorio ha precintado el tramo de calle al que da la fachada de esta capilla del siglo XVIII. El templo también permanecerá cerrado hasta que se restaure. En su portalón de metal dorado, se ha colocado un cartel que advierte del riesgo de derrumbe.
El alcalde de Pego, Enrique Moll, del PSPV, aclaró ayer que el ayuntamiento no puede asumir la rehabilitación de la capilla dado que «no es un edificio de titularidad pública». «Lo que sí podemos hacer es reclamar subvenciones para las obras», precisó.
Para el alcalde, reabrir este templo, que guarda la imagen del siglo XVI del Ecce-Homo, patrón de Pego, es más que urgente. «En este pueblo, hay tres cosas que no se pueden tocar: el agua, el Marjal y el Ecce-Homo», afirmó.
El munícipe avanzó que ha pedido una reunión con el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez. Espera que se celebre a finales de la próxima semana. «El lunes nos reuniremos con la dirección de Patrimonio [conselleria de Cultura] por el tema del instituto y aprovecharemos para pedir ayudas para la restauración de la capilla», dijo Moll, quien ya ha encargado un informe al archivero municipal de Pego sobre el interés artístico, histórico y devocional de la capilla de estilo barroco.
Ahora la cofradía del Santíssim Ecce-Homo deberá valorar los daños y realizar un presupuesto de las obras de reparación. El desprendimiento de parte de la cúpula se veía venir. Ya antes se habían detectado filtraciones de agua que revelaban su deterioro. Tras el derrumbe, la cofradía se afanó en cambiar de lugar la imagen del Ecce-Homo, ya que su altar está justo debajo del tramo de la cúpula que se vino abajo.
