Los ladrones de cobre han encontrado un filón en la Vall de Laguar. El domingo por la noche volvieron a saquear el tendido de teléfono que sube a este municipio desde Orba. Robaron mil metros de cable de cobre. A principio de octubre y en dos noches sucesivas, también desmantelaron la línea. En aquella ocasión, sustrajeron tres mil metros de cableado.
Por tanto, en apenas 20 días, los cacos han saqueado tres veces esta línea. La consecuencia vuelve a ser ahora la misma. Los vecinos de la Vall de Laguar se han quedado incomunicados. Los teléfonos fijos no funcionan, el ayuntamiento y la farmacia no tienen línea y el cajero de la única sucursal bancaria de este pueblo del interior de la Marina Alta también está inoperativo.
«Es un transtorno muy importante para todos los vecinos. La población más mayor sólo dispone de teléfono fijo y ahora no pueden llamar», explicó ayer el alcalde, Paco Gilabert. El munícipe ve ya «insostenible» que cada dos por tres este municipio de unos mil habitantes se quede sin línea de teléfono.
«La compañía nos dice que ellos no tienen la culpa de los robos, pero vamos a tener que buscar una solución urgente para no depender de una línea que sufre robos de forma tan frecuente», indicó Gilabert.
Los operarios de Telefónica ya estaban ayer reponiendo el cableado robado. En el anterior saqueo, tardaron más de una semana, dado que cuando acudieron con la bobina a colocar el cable descubrieron que a la noche siguiente al primer robo los ladrones habían vuelto a hacer de las suyas. Tuvieron que pedir otra bobina. El camping y las casas rurales estuvieron sin teléfono durante todo el puente del 9 d'Octubre.
El alcalde abogó ayer por instalar en todo el pueblo fibra óptica o conexiones inalámbricas de teléfono e internet. «No podemos estar siempre pendientes de si roban el cable de cobre», insistió.
Mientras, a los vecinos les sorprende la facilidad con la que los ladrones se llevan el cableado. El tendido, al estar al lado de la carretera, queda muy a mano para cacos expertos en desmantelar estas líneas de cobre. Además, por las noches es extraño que pasen coches por este vial.
Sin embargo, los vecinos consideran que alguna patrulla de la Guardia Civil debería subir de tanto en tanto al pueblo para intentar pillar a los reincidentes ladrones de cobre. O al menos para disuadirlos de seguir robando la línea.
