En las imágenes se puede observar cómo desde el instante en que se hizo la oscuridad en el tramo del casco antiguo de Calp, cuando transcurrían ya las escuadras y ballets de la capitanía mora de la filà Mascarats, los espectadores encendieron los primeros móviles en "modo linterna" con los que iluminaron la calzada para guiarles el camino. Los gritos de ánimo del público encendieron el coraje de unos festeros que han trabajado todo un año para preparar esta capitanía.

Tras el apagón, de una hora y media de duración, el desfile quedó paralizado unos quince minutos largos. En vista de que el suministro de fluido eléctrico no se restauraba y el desfile permanecía detenido, se optó por retomar la marcha. Desde la avenida Gabriel Miró, la prolongada recta final que conduce en descenso hasta la playa y que no se vio afectada por el apagón, el público, que aguardó el desenlace del espectáculo hasta su conclusión, pudo observar cómo los boatos y escuadras salían de la penumbra que envolvía la zona de la tribuna de autoridades.

Ya tras la medianoche, y como es tradición, la kàbila de los capitanes, Xavi y Mari Ángeles, fue un centro de peregrinación para el resto de festeros. El apagón les fundió una parte de su alegría, pero las abundantes muestras de cariño y solidaridad recibidas por sus convecinos les brindaron una alegría infinitamente mayor.