Los voluntarios de la Red de Varamientos y los técnicos del Oceanogràfic lo intentaron todo para salvar al calderón gris que en la mañana del martes apareció varado en la playa de les Deveses de Dénia. El cetáceo apenas respiraba cuando se le introdujo de nuevo en el mar para rehidratarlo. El deterioro de su piel evidenciaba que el animal estaba muy grave. Al meterlo en el mar, subió la frecuencia de su respiración. Pero, al poco tiempo, murió.

La población de calderones grises en el Mediterráneo es mucho menos numerosa que la de los delfines listados o mulares. A este ejemplar, se le sacó sangre para tratar de averiguar las causas de su muerte. También se llevó el cadáver al Instituto Cavanilles de Biodiversidad donde se le realizará la necropsia.