Una pequeña empresa de confección de Pedreguer ha ganado la cruzada judicial que inició en septiembre de 2013 contra la falta de transparencia de los bancos a la hora de cobrar comisiones. La firma abonó durante diez años (entre 2001 y 2011) 20.510 euros de la comisión de devolución de efectos (pagarés y letras de cambio, mayoritariamente) impagados.
La entidad bancaria no tuvo bastante con cobrarle la comisión de gestión de cobro y el interés. También le cargaba una comisión de devolución (en los primeros cuatro años ni siquiera estaba pactada) cuando se producía el impago por un tercero. Era del 6 % y no respondía a ningún nuevo servicio, dado que la devolución forma parte de la ya abonada gestión del cobro.
Los tribunales están tumbando en cadena estas comisiones. Los bancos apelan a que sus clientes las habían pagado hasta ahora sin rechistar (principio de propios actos). Pero no cuela. Una juez de Dénia ha condenado ahora al BBVA a devolver a la mencionada empresa de Pedreguer los 20.510 euros y a abonar intereses y las costas judiciales. Es una sentencia pionera en la Marina Alta. Y también se cuenta entre las primeras que anula estas comisiones en Alicante. La juez María del Carmen Ramis es categórica. Concluye que la comisión por devolución de efectos impagados impuesta a esta pequeña mercantil es «improcedente e ilegal».
La entidad bancaria recurrió la sentencia ante la Audiencia de Alicante, que confirmó punto por punto el fallo de la juez de Dénia. El banco ya no ha apelado y la sentencia ha devenido firme. Abre la puerta a que cientos de empresas de la Comunidad Valenciana intenten recuperar el dinero que se les ha escapado en comisiones poco transparentes y que, en muchos casos, ni siquiera pactaron con su banco.
La sentencia del juzgado de Dénia la hizo ayer pública el delegado de Ausbanc en la Comunidad Valenciana, Pedro Pérez, quien la definió como un «varapalo judicial» al cobro de comisiones irregulares. Subrayó que la juez incidió en que el banco «no justificó ni probó» que el 6 % que había descontado durante diez años a su cliente «suponga el abono de la contraprestación de algún servicio efectivamente prestado». Es decir, que el banco cobró una comisión por nada.
