El yacimiento romano de Banys de la Reina de Calp es muy agradecido. Ahora se está desarrollando el decimosexto campo de trabajo, en el que 25 voluntarios de entre 18 y 23 años (algunos vienen de Taiwán y Turquía) excavan en busca de nuevos hallazgos y consolidan lo que ya ha salido a la luz. El campo de trabajo se desarrolla durante apenas mes y medio. A los aprendices de arqueólogos les cunde. Tanto que las autoridades calpinas que ayer visitaron las excavaciones subrayaron que el perímetro debería ya ampliarse.

La directora del campo de trabajo, Alicia Luján, explicó que los voluntarios están desenterrando este verano la estructura de la basílica paleocristiana que se construyó sobre la villa romana. En concreto, trabajan en la cabecera del templo. Buscan el altar.

Los vestigios de este yacimiento están datados entre los siglos I y VI d. C. Los ricos mosaicos han revelado que la villa tuvo un aire suntuoso que la asemejaba a un palacete. Alicia Luján subrayó ayer que este enclave litoral de Calp fue durante la época romana un activo foco comercial. «El hecho de que exista una basílica nos indica que hubo un núcleo de población. Tenemos pocos registros, pero parece que empezó a quedar deshabitado a partir del siglo VII».