El sendero submarino de la cala del Racó de Calp, que creó hace dos la Universidad Católica de Valencia (UCV), tiene tirón. Está adaptado para personas con movilidad reducida o discapacidad. Cada día lo están recorriendo unas 90 personas. El pasado verano se zambulleron en estas aguas más de 6.000 buceadores. La gran mayoría completó la actividad con una visita a las instalaciones del Instituto Universitario de Medio Ambiente y Ciencias Marinas (Imedmar) de la UCV.

La ruta submarina tiene 120 metros de longitud. Con unas gafas de buceo, los visitantes pueden leer los cinco paneles situados a un metro de profundidad. Descubren la riqueza de las especies marinas y el valor de la pradera de Posidonia Oceanica.