La Vuelta Ciclista a España ha descubierto un nuevo gigante. El Puig de la Llorença, en el Poble Nou de Benitatxell, le da un aire al Tourmalet o el Mont Ventoux, cumbres inhóspitas y erizadas de antenas. Aunque se queda lejos de los dos mil metros largos de altitud de las montañas míticas del ciclismo, sus 450 metros de altitud son imponentes. Sus rampas llegan al 23 % de desnivel. Los ciclistas se retorcerán sobre sus bicicletas para coronarlo.

En lo alto del Puig de la Llorença, estará la meta de la novena etapa de la Vuelta Ciclista a España, que se disputa el domingo 30 de agosto y coloca al Poble Nou de Benitatxell en el escaparate del deporte de elite. «Será un revulsivo importante para nuestra economía y para el turismo», destacó ayer el alcalde de Benitatxell, Josep Femenia. «Proyectaremos una imagen de municipio turístico serio y singular», abundó.

La avalancha de público está garantizada. El ciclismo vuelve a estar de moda. Ningún aficionado de la Marina Alta y de la Comunitat querrá perderse un final de etapa que será apasionante. La empresa Vapf, promotora de la urbanización de la Cumbre del Sol, reasfaltará la cima del Puig para los tráiler de la Vuelta a España y para el podio y el set de RTVE. También debe habilitar un aparcamiento para 600 coches. «La Vuelta es un reto para nosotros. Queremos que la organización vuelva a confiar en nosotros y que un acontecimiento de esta importancia mediática regrese al Poble Nou», afirmó Femenia.

Mientras, el concejal de Deportes, Antonio Colomer, incidió en que la llegada de la Vuelta a España no le ha costado ni un euro al ayuntamiento. El Patronato de Turismo de la Costa Blanca corre con los gastos. El consistorio, eso sí, colaborará en la seguridad del final de etapa. El concejal Dirk Rheindorf avanzó que 40 policías locales y voluntarios de Protección Civil participaran en el dispositivo especial.