La historia de Dénia pudo cambiar hace mil años en un callejón estrecho e insignificante. Es perpendicular a la ahora bulliciosa calle Loreto. En esa callejuela, Alí, primogénito y sucesor del emir Muyahid, sobrevivió a la celada que le tendió su propio hermano, Hassan. Ambos habían asistido a la oración en la mezquita principal, que estaba donde ahora se levanta el convento de las Agustinas. Se dirigían a la playa. Hasan se abalanzó sobre su hermano e intentó apuñalarlo. Alí desvió el ataque con el brazo. Un sicario contratado en Sevilla por Hasan blandió su lanza contra el heredero, pero al ser el callejón tan angosto no pudo enderezar bien el arma, que tropezó contra la pared y salió desviada. El séquito de Alí mató al sicario. Hasan logró escabullirse y se refugió en Valencia.

Este negro y cainita episodio de la historia de Dénia sale a la luz en una nueva visita guiada que descubre la impronta de la medina milenaria en el casco antiguo. Por primera vez, una ruta inspirada en la taifa abandona el castillo. Comienza en el Portal de la Vila. El magnífico arco de herradura ya pone al visitante en situación. «El objetivo es recrear los espacios urbanos de la ciudad del siglo XI», subraya el arqueólogo de Dénia, Josep Antoni Gibert.

De hecho, el museo dianense ha decidido completar este verano la visita a las siete puertas de la alcazaba, que empezó a realizarse hace dos años al arrancar la conmemoración del milenio de la taifa, con un recorrido que comienza en el Portal de la Vila, el acceso al castillo, pero no franquea sus murallas, sino que discurre por les Roques (aquí hubo una maqbara -cementerio- y un hamman); el convento de las Agustinas, que antes fue la mezquita aljama; la calle Loreto (eje principal de la medina), y la Plaça de Valga'm Déu, donde existió otra maqbara, pero extramuros, y donde se situaba la Bab-Undara (puerta de Ondara).

Cada recodo de esta ruta por el centro histórico de Dénia esconde una historia. Las excavaciones llevadas a cabo por el Servei Municipal d'Arqueologia han ayudado a constatar el brillante pasado de la taifa y han aportado mucha información sobre la vida cotidiana. En la citada necrópolis de la puerta de Ondara se han exhumado nada menos que 517 tumbas.Esta maqbara estuvo activa durante dos siglos. Aquí se enterró en el siglo XI a personajes ilustres de la corte de Muyahid y Alí, como el sabio Abu'Amr Al-Dani. El Corán todavía se lee bajo sus normas en tres países árabes, Egipto, Libia y Túnez. Su cortejo fúnebre lo encabezaba el príncipe y después emir Alí.

El esplendor de la taifa resurge en un centro histórico que ahora vive la vorágine del turismo. Pero esta ruta, además de incidir en la deslumbrante Daniya (su aljama debió ser imponente, ya que se ha hallado un capital similar a los de la gran mezquita de Qayrawan, en Túnez), también descubre cómo era la vida doméstica. El arqueólogo hace una parada en un solar donde una excavación reveló la estructura de las casas de la medina.