Las casas de la Puríssima empiezan a mostrar su nueva cara. Construidas en el siglo XVI en el corazón de Benissa, su arquitectura tradicional, de arcos de tosca y suelos empedrados, se mezcla ahora con soluciones modernas. La rehabilitación, iniciada hace 5 años, recupera elementos como el de un tramo del lienzo de la antigua muralla y los combina con remates de acero corten, suelos entarimados o la singular fachada con celosía de madera que da a la calle Mossèn Gaspar Tello. Las obras, afirmó ayer el alcalde de Benissa, Juan Bautista Roselló, que las visitó junto a la consellera de Cultura, María José Catalá, «están ya en una fase muy avanzada». El munícipe afirmó que la rehabilitación que dirige el arquitecto Toni Banyuls es «magistral». «Ahora ya estamos en la recta final», dijo Roselló, que atribuyó parte del retraso a los hallazgos arqueológicos. «Ralentizaron una obra que ya de por sí era muy complicada».

El alcalde precisó que estas obras de restauración subirán a unos 2,8 millones de euros. El Consell, a través del Plan Confianza, ha aportado un millón de euros. La consellera destacó que el futuro centro cultural de Benissa será moderno y, al tiempo, preservará la arquitectura original de las casas del XVI. «Estas obras, en cuanto a protección de la tradición constructiva, están entre las más destacadas que se han realizado en la Comunitat», aseguró.

La «recta final» no concluirá de hoy para mañana. Todavía queda bastante trabajo por delante y nadie se atreve a aventurar cuándo acabará la prolongada rehabilitación de las casas de la Puríssima. El futuro centro cultural albergará el museo de arte contemporáneo Salvador Soria y una biblioteca, situada en el piso superior y ofrece una magnífica vista a los tejados del centro histórico y la iglesia de la Puríssima Xiqueta (incluso se vislumbra el Penyal d'Ifac). El edificio contará con salas polivanlentes y un escenario. En el sótano, se han conservado las muelas de la antigua almazara.