María del Mar no logró tampoco ayer que los médicos que atienden a su madre, de 88 años y que lleva ingresada en el hospital de Dénia, que gestiona Marina Salud, desde el 11 de noviembre, le explicaran qué infección padece y si es contagiosa. El caso es que en la puerta de su habitación hay un cartel que reza «aislamiento de contacto». Nadie puede entrar sin ponerse, como mínimo, guantes de goma y una bata de usar y tirar. Sin embargo, el hospital le comunicó a María del Mar la pasada semana que su madre recibiría el alta ayer lunes y que una ambulancia la llevaría a casa.
«Pero mi madre no está para ir a casa. Tiene el cuerpo lleno de llagas y necesita cuidados hospitalarios», advirtió ayer María del Mar. Esta mujer ha removido cielo y tierra para asegurarse de que su madre, María, sigue hospitalizada. Ha presentado quejas y ha trasladado el problema al comisionado de la Conselleria de Sanidad, José Félix Quintero. La Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública ha hecho suyo el caso. Ayer, varios de sus miembros acompañaron a María del Mar en la reunión que mantuvo con el comisionado, los médicos y el gerente de Marina Salud, Ángel Giménez.
Úlceras por todo el cuerpo
La empresa sanitaria dio marcha atrás en su intención de dar el alta a María, que, en septiembre, fue intervenida de una fractura de cadera. La anciana necesita atención constante. No puede moverse ni tampoco comer ni asearse sola. Sufre incontinencia. Y le han salido úlceras por todo el cuerpo.
Marina Salud indicó ayer en un comunicado que la paciente había «evolucionado favorablemente», pero el pasado fin de semana sufrió «un ligero empeoramiento y se encuentra algo inestable».
La empresa aceptó lo que reclamaban la familia y la plataforma. Ha pedido una valoración clínica al Hospital de Crónicos y Larga Estancia (Hacle) de la Pedrera, en Dénia, que es el único centro sanitario de la Marina Alta que mantiene la gestión pública. Los facultativos de la Pedrera valorarán si María debe estar ingresada en el Hacle. Eso es lo que precisamente pedía su hija. Aunque Marina Salud es reacia a derivar pacientes a la Pedrera (siempre ha esgrimido que le sale muy caro), esta vez parece que sí lo hará.
Con todo, la negociación fue ardua. Ángel Giménez sostuvo que la familia tenía «un problema social», es decir, que debía buscar la forma de atender a la anciana en casa. Pero María del Mar y la plataforma sanitaria discreparon. Insistieron en que María, que hace unos días recibió una transfusión de sangre pues sufre anemia crónica, necesita estar atendida en un hospital como el de la Pedrera, concebido para convalecientes (ella lo está de la intervención de cadera) y enfermos de larga estancia.
