Mientras en la Marina Alta ya no se mueve una piedra sin un estudio de paisaje, en la urbanización de la Cumbre del Sol, en el Poble Nou de Benitatxell, todo es distinto. El único horizonte que se contempla es el del negocio urbanístico. La promotora Vapf ha iniciado ahora la construcción de bloques de apartamentos de lujo en el acantilado. Estos precipicios, que bajan desde la montaña del Puig de la Llorença, están ya repletos de chalés y adosados. Pero el enclave tomado ahora por las grúas y las obras es especial. Por su valor paisajístico. Y también por su importancia geológica.

En la senda que lleva a la falla del Moraig, hay un panel que describe este espectacular tramo costero. Desde aquí se divisan el Morro Falquí y el Morro Roabit, así como la recoleta cala dels Testos. También se observa la fractura de roca que es la continuación, hacía el norte, de la falla del Moraig. Y allí es donde ya se levanta la estructura de la nueva promoción de apartamentos.

La unidad de paisaje que muestra el panel ha quedado alterada por las grúas, las obras y los potentes muros de hormigón. Además de por su valor paisajístico, este litoral de abruptos acantilados e impresionantes formaciones tectónicas destaca por su importancia geológica. Las fallas se formaron hace al menos diez millones de años. Pero el imparable urbanismo de la Cumbre del Sol transforma a toda prisa esta costa.

Con todo, la conselleria de Territorio y Medio Ambiente ya ha advertido de que esta urbanización no puede seguir creciendo a sus anchas. En el documento de referencia que corregía el nuevo PGOU del Poble Nou de Benitatxell, la conselleria instaba a suspender licencias en la Cumbre del Sol mientras «se concreten específicamente los ámbitos que pueden ser edificados». También advertía de que debería ya paralizarse la construcción en esta urbanización por «su afección al paisaje y por el riesgo de incendios y desprendimientos».