Más de cuatrocientas personas secundaron ayer la manifestación que, convocada por el Sindicato de Empleados Públicos (SEP), exigía al gobierno de Dénia, del PP, que respete la libertad de expresión. Los manifestantes hicieron piña con Andrea Pastor Zurita, el delegado del SEP que, por denunciar irregularidades en la residencia de ancianos de Santa Llúcia (es allí donde trabaja), ha recibido una sanción de cuatro años y medio privado de empleo y sueldo.

Pastor Zurita llevó junto a otros compañeros de su sindicato la pancarta que rezaba «por la libertad de expresión». También participaron en la protesta numerosos trabajadores de la residencia, así como concejales del PSPV y Compromís, militantes de EU, UPyD y de Podemos, así como los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.

El secretario general del SEP en la Comunidad Valenciana, Enrique Alcaraz, proclamó, cuando la manifestación ya había llegado al Ayuntamiento, que quizás las calles de Dénia, como aseguró la alcaldesa, Ana Kringe, del PP, al romper el pacto con Centre Unificat, estén sucias, «pero lo que está sucio de verdad en este pueblo es este Ayuntamiento, esta institución».

Denunció el intento del gobierno local de «amordazar» a los trabajadores. Y reivindicó la libertad de expresión y la libertad sindical. «Necesitamos saber lo que pasa, necesitamos denunciar lo que pasa y necesitamos que se sepa todo lo que ellos quieren esconder», dijo. «No podemos soportar que un director político o una alcaldesa de un pueblo decidan lo que se puede decir y lo que no». Recriminó que por ejercer la libertad de expresión un trabajador municipal pueda «acabar en la calle».