El pasado día 11 de agosto una combinación letal de calor y falta de renovación del agua aumentaba la salinidad de Les Salines de Calp y mataba miles de ejemplares de mújol o lisa. Hasta aquí, todo era imputable al clima y a las características del humedal, que se alimenta de las aguas del mar, bombeadas durante 20 horas al día en verano.
Pero a partir de aquel suceso, entró en juego una gestión de los peces muertos que ha abierto un cisma en la política calpina y ha tenido un fuerte eco en las redes sociales: los peces se enterraron en bolsas de basura, en un solar sin vallar ni señalizar y relativamente cerca de una guardería.
Para Gent de Calp se trata de una actuación negligente que compromete la salubridad de la zona, además de suponer un daño al medio ambiente. Las bolsas de basura no son biodegradables y se deberían haber llevado a una planta especializada, aseguran.
Por su parte, la edil de Medio Ambiente, Ana Sala, afirmó que el consistorio «no podía hacer otra cosa que la que ha hecho» y defendió que la medida se ajusta a lo que indicaron los técnicos municipales. Asimismo, explicó que la muerte de los peces se produjo en circunstancias completamente naturales y que la denuncia de la oposición solo conseguía perjudicar a Calp en plena campaña estival.
En esto es en lo único en que coinciden gobierno y oposición: en la mala imagen proyectada; Gent de Calp critica, además, que la regidora responsable se encuentre de vacaciones en el mes de agosto, clave para un municipio turístico.
El mújol no es animal doméstico
¿Por qué no se llevaron los peces a una planta de residuos? Porque no son animales domésticos. Según Ana Sala, la empresa encargada de la limpieza, Acciona, se desentendió del problema argumentando que de ser animales domésticos sí se hubieran podido tratar como residuos y llevar a la planta que corresponde al municipio, la de El Campello.
Pero ¿los peces? En este caso Sala aclaró que se actuó «a criterio de los técnicos» quienes propusieron «abrir un agujero en una parcela municipal bastante alejada de la guardería y del jardín botánico». La regidora cifra la distancia con la guardería en cerca de 500 metros.
Así, el fin de semana, una excavadora practicó el agujero y se arrojaron dentro las bolsas. En este tiempo no se ha producido, asegura el Ayuntamiento de Calp, ninguna queja vecinal por olores o molestias.
La edil justificó la medida en la premura con la que tuvieron que actuar para evitar que los ejemplares muertos estuvieran flotando en Les Salines a la vista de todos.
Para Gent de Calp, sin embargo, se pudo hacer más: aseguran que en otros municipios se han producido casos similares de mortandad de peces y en éstos sí se incineraron y se llevaron en contenedores sellados.
Peces sí, bolsas no
Sala, además, reconoció que la solución de enterrar los peces en el solar no es definitiva y que aún queda otro paso por dar. De este modo, el consistorio volverá a abrir el agujero «dentro de un tiempo» para retirar los residuos plásticos una vez que los 5.000 mújoles se hayan descompuesto y hayan desaparecido. Las bolsas serán llevadas entonces a una planta de reciclaje.
