«Hoy el debate ya no es si cerramos o no la guardería o si despedimos a más trabajadores». El alcalde de Calp, César Sánchez, del PP, trazó ayer sus líneas rojas. Los servicios sociales ya no se tocan. La oposición dio por bueno ese giro. La alcaldía de Sánchez comenzó con una avalancha de recortes. La guardería estuvo en el alambre. Y unos 80 trabajadores indefinidos no fijos acabaron en la calle. El munícipe dijo ayer que «ya hemos pasado lo peor» y proclamó que se han acabado los recortes más dramáticos.

El PP aprobó ayer, sin embargo, un plan económico financiero que no deja lugar a muchas alegrías. Obliga a reducir en 875.558 euros los gastos. El gobierno local se tomará dos años. El recorte saldrá de amortizar plazas que no están ocupadas y de reducir gastos corrientes. En 2015, que es año electoral, también se meterá la tijera en las inversiones. La nueva corporación hallará la hucha de inversiones vacía. Pero, por contra, el ayuntamiento estará más saneado. «Ya no hay facturas pendientes, la deuda está planificada y los servicios sociales, garantizados», afirmó el alcalde. Además, el municipio recibirá menos transferencias del Estado porque pierde 8.000 habitantes.