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«Le pedí que se tranquilizara y, de repente, me golpeó como una bestia y me dejó grogui»

El vigilante que recibió una paliza en una discomóvil de las fiestas de Dénia evitó que el joven que le partió el mentón y la nariz agrediera a una chica

El vigilante, que ya está en su casa, tardará meses en recuperarse A.P.F

No tuvo tiempo ni de protegerse. El vigilante que en la madrugada del domingo al lunes recibió una brutal paliza en la discomóvil de las fiestas de Dénia explicó ayer a este diario que para nada se esperaba que el joven que le atacó reaccionara tan violentamente. «Me acerqué a él y sólo le dije que, por favor, se tranquilizada. Nada más. De repente y sin mediar una palabra, me dio un puñetazo y me dejó grogui. Sólo veía una nube negra».

El vigilante, de 40 años, no recuerda muy bien qué ocurrió luego. Sabe que el chaval continuó golpeándole. «Menos mal que la gente me lo quitó de encima porque yo estaba noqueado y no podía defenderme». Su agresor, que tiene 19 ó 20 años y es muy fornido, le rompió a puñetazos la mandíbula, el tabique nasal y un dedo de la mano. El empleado de seguridad tuvo que ser trasladado al hospital. Ya está en su casa, pero hoy debe acudir al hospital de Paterna para que le examinen la fractura del mentón. Lo más probable es que pase por el quirófano. Ayer, tenía la cara hinchada y hablaba con dificultad. Sufría fuertes dolores.

Era el único vigilante que velaba, junto a dos policías locales, por la seguridad de la multitudinaria discomóvil que se celebraba en el Mollet d'Espanya. Le había llamado la atención que el joven que luego le atacó se enzarzara en varios altercados y luego empujara a una chica y la tirara al suelo. Intervino cuando vio que iba a pegar de nuevo a la joven. «Pero no fui con malos modos ni entré a saco. Todo lo contrario. Le pedí que se calmara y, de repente, me arrancó la placa de vigilante de seguridad y me golpeó como una bestia. Estaba fuera de sí».

El joven atacó luego a los dos policías locales que intentaron reducirlo. En el forcejeo, les rompió la camisa y les causó arañazos y magulladuras. Logró zafarse de los agentes y huyó. Al día siguiente, persuadido por los integrantes de una peña, se entregó en la comisaria de la Policía Local, donde quedó detenido.

El vigilante confirmó que su agresor llevaba una camiseta amarilla de la peña Xe, què punt. Pero el chaval, como luego indicaron los responsables de esta peña, no pertenecía a la entidad festera.

Más seguridad

La Policía Local, tras el incidente en la discomóvil, ha reforzado la seguridad. La presencia de un vigilante de la empresa contratada por la concejalía de Fiestas y de dos agentes se ha revelado totalmente insuficiente para evitar altercados en actos a los que acuden casi mil personas y en los que corre el alcohol.

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