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Reencuentro

El dibujante argentino Sendra vuelve a Pego

El creador de la famosa viñeta «Yo, Matías» convierte su nombramiento como hijo adoptivo en un homenaje a los cientos de pegolinos que, como su padre, tuvieron que emigrar

El alcalde de Pego, Enrique Moll, y Fernando Sendra, que señala sus libros. A. P. F.

Fernando Sendra es, desde ayer, un pegolino más. Pero su nombramiento como hijo adoptivo también es un reencuentro. «Yo he tenido la oportunidad de volver al pueblo y, a través de un salto temporal, recuperar a mi familia y mis raíces», dijo ayer el genial humorista gráfico en el homenaje que se le tributó en Pego. Fernando Sendra quiso, además, reconocer a los cientos de emigrantes que, como su padre, tuvieron que romper con todo. «Quiero que se tome conciencia del esfuerzo, del desarraigo y de la cultura que dejaron atrás todos los emigrantes», dejó escrito en el libro de honor del Ayuntamiento de Pego. Al leer esas palabras, rompió a llorar.

Sendra es una celebridad en Argentina. Su genial viñeta de Matías, un niño rebelde y respondón, tiene quizás un punto de retranca pegolina. Está considerado como uno de los cinco mejores humoristas gráficos de aquel país. A Pego llegó cargado de libros. Los ha regalado a la biblioteca. «Son de mis personajes y una novela (La calle de las cuatro enaguas) que en las librerías me la pusieron en las estanterías de novela erótica». También donó libros de Borges, Cortazar y Alejandro Dolina. «No es que sea muy generoso. Lo que quiero es que mis libros estén en la biblioteca de Pego junto a los de estos grandes autores», ironizó.

Fernando Sendra estaba agradecidísimo. Abrazó a todos los miembros de la Clandestina, que incluso le dedicó un bolero. Todos los vecinos que se tropezaban con él por la calle lo saludaban. Se sintió como en casa. Su mujer, Marisa, no dejó de tomar fotografías.

Su padre, que también se llamaba Fernando Sendra, dejó a su familia con 15 años. Embarcó un 24 de abril de 1932 en Barcelona en el buque Uruguay, que lo llevó a Buenos Aires. Dejó atrás su calle Trinquet de Pego e inició una nueva vida en Mar de Plata. Allí nació en 1949 Fernando Javier Sendra, el artista gráfico que ha hecho reir (y reflexionar) a toda Argentina. «Pego siempre estuvo presente en nuestra casa de Mar de Plata. En la mesa familiar siempre había una carta por mandar o que habíamos recibido. Era el anclaje con el pueblo». Conserva muchísimos recuerdos de su padre. Y aseguró ayer que con los pegolinos siempre se ha entendido perfectamente. «Teníamos los mismos valores y el mismo concepto de la amistad». Sendra, está claro, siempre ha sido un pegolino más.

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