La alcaldesa de Murla, Josefa Roca, ya ha avisado a sus vecinos de que no deben abrir el grifo más de la cuenta. Su ayuntamiento ha distribuido carteles que advierten de que, ante «la escasez de agua», queda «prohibido tajantemente» utilizar el agua potable de la red para llenar piscinas y para riego agrícola. Quien no cumpla se expone a «una sanción máxima».

Preguntada ayer por este diario, la alcaldesa afirmó que, «de momento, no hemos sufrido falta de agua, pero debemos prevenir».

Explicó que el municipio se abastece del manantial conocido como la Font de Murla. Su caudal «está estabilizado, pero no podemos tirar el agua».

La munícipe explicó que, en caso de necesidad, también existe un pozo del que ahora no se extrae agua. Roca recordó que, desde que se empezaron a construir chalés en Murla, se les prohibió llenar sus piscinas con suministro potable.

Mientras, el agua sigue manando de los cuatro caños de la Font de Murla, pero lo hace ya sin fuerza.