Con las primeras luces del alba, las avionetas y helicópteros de extinción volvieron ayer a sobrevolar el Montgó. En la ladera del parque natural que da a Jesús Pobre, la del Barranc de l'Heura y el Coll de Pous, ya no quedaban llamas. Pero el bosque calcinado seguía humeando. Los vecinos desalojados, unos 50, que habían regresado a sus casas alrededor de las 23 horas, no pegaron ojo en toda la noche. Salieron de sus casas otra vez alarmados por el rugido de los medios aéreos. Por una parte, se tranquilizaron al contemplar que ya no había fuego. Pero, por otra, se mostraron desolados. «Antes vivía en un paraíso; ahora sólo quedan cenizas», comentó a este diario Franz Geisberger.

El incendio, que quedó totalmente controlado ayer sobre las tres de la tarde, finalmente, calcinó casi 40 hectáreas. El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, hilo más fino. «Se han quemado 39,52 hectáreas. No podemos avanzar las causas. Los técnicos de Medio Ambiente y los agentes del Seprona están investigando», manifestó el conseller, que calificó de «rumor» que el fuego se originara por una barbacoa.

Para los bomberos y las brigadas forestales la noche fue dura. Trabajaron a destajo para apagar los rescoldos. A las tres de la madrugada, se levantó algo el viento y en algún punto se reavivaron las llamas. Rápidamente, los efectivos de extinción las sofocaron. «Ahora los medios aéreos están refrescando y sellando el perímetro», indicó Castellano ya por la mañana.

Este incendio ha revelado una vez más lo expuestos que están los chalés del Montgó. Los aviones y helicópteros evitaron el viernes que las llamas cruzaran al otro lado la montaña por el Coll de Pous y avanzaran hacia las urbanizaciones de la Marquesa de Dénia. En ese caso, los desalojos hubieran sido masivos, ya que es una zona donde viven de continuo cientos de vecinos.

La zona de la ladera de Jesús Pobre del Montgó, que sí fue desalojada, carece de hidrantes. Los más próximos están en el hotel Marriott y no tenían presión suficiente. La presión urbanística que ha sufrido esta montaña provoca ahora que cientos de chalés estén desprotegidos ante un eventual fuego.