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El corazón de cine de John Cabrera se apaga en Dénia

El director de fotografía fallece a los 89 años en la ciudad que le debe su pasado de cine Convenció a Samuel Bronston para rodar en 1958. «El capitán Jones» en el puerto dianense

Cabrera con David Niven en el rodaje de «Emboscada en Extremo Oriente» (1975). El cineasta junto a Charlton Heston en «La selva blanca»(1971). Cabrera, tras la cámara.

El rodaje en 1958 de «El capitán Jones» lo cambió todo. Dénia recuperó su autoestima. «Fue una inyección de ilusión y optimismo», recordó ayer el historiador del cine Toni Reig. El puerto dianense volvió al siglo XVIII. Su lonja se transformó en una iglesia. La magia del cine revolucionó la ciudad hasta el punto de que la hija de John Farrow, el director del filme, se convirtió en reina de las fiestas. Aquella chiquilla era Mia Farrow.

Esa revolución tenía un artífice en la sombra. John Cabrera Puig descubrió Dénia para el cine. Su prestigio como director de fotografía le abrió las puertas del imperio de Samuel Bronston, quien lo nombró jefe de localizaciones. John Cabrera jugaba con ventaja. Sus padres eran de Dénia y él había pasado largos veranos de su infancia en una ciudad venida a menos pero que en la gran pantalla podía lucir como ninguna otra. Convenció a Bronston de que el rodaje de El capitán Jones se desarrollara básicamente en el puerto dianense. La primera superproducción en España de la Samuel Bronston Productions recalaba en Dénia.

Insuficiencia pulmonar

John Cabrera falleció la noche del viernes en esa ciudad que le debe su pasado de cine. A sus 89 años, este enamorado del séptimo arte se fue con la discreción que le acompañó siempre. Ya hacía tiempo que su salud se iba debilitando. Esos pulmones que habían respirando cine por todos sus alvéolos empezaban a fallarle. La pasada semana ya estaba muy grave y se sabía que su muerte era inminente.

El funeral se celebró ayer en la iglesia de Sant Antoni. Su esposa, Irene, recibió las condolencias de, entre otros, la alcaldesa de Dénia, Ana Kringe, y su antecesora en el cargo, Paqui Viciano. Fue un sepelio sencillo, pero lleno de detalles. El cine club Pessic, que fue una de las entidades que promovió que el pasado diciembre el ayuntamiento otorgara a Cabrera la medalla de honor de la ciudad, colocó en el féretro un ramo de flores idéntico al que llevó Kim Novak en la película Vértigo. Al funeral no faltó uno de sus grandes amigos en el mundillo de cine, el excelente maquillador Cristóbal Criado.

Su viuda y sus dos hijos, llegados desde Londres y Abu Dhabi, agradecieron el cariño que Dénia siempre ha demostrado a John Cabrera.

«Todos sentimos una gran pena», dijo la alcaldesa. «Su muerte significa para el mundo de la cultura y para Dénia una pérdida enorme». Ana Kringe avanzó que el ayuntamiento le tributará un nuevo homenaje.

Tanto Toni Reig como Miquel Crespo, que son los grandes estudiosos del cine en Dénia, subrayaron «el papel quizás no buscado» que ha jugado este director de fotografía en la historia reciente de la ciudad. «Hemos hablado mucho con él. Nos gustaba disfrutar de sus recuerdos de una vida que fue fascinante», indicó Reig. «Era un apasionado del cine», apuntó Crespo, que recordó que todas las reservas que al principio demostraba Cabrera, que era un punto introvertido, desaparecían cuando hablaban de cine.

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